Cuáles son las normas básicas de seguridad alimentaria

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Con las altas temperaturas del verano y la humedad, debemos tener especial cuidado en la preparación de los alimentos y su conservación para evitar problemas de salud como intoxicaciones alimentarias o salmonela. 

Para reducir las probabilidades al máximo deberemos de tener cuidado en todo el proceso, desde que compramos los alimentos o ingredientes, el transporte y refrigeración, su preparación y su conservación posterior.

 

Las indicaciones sobre seguridad alimentaria se basa en cuatro aspectos fundamentales:

  • La limpieza: Deben mantenerse las manos, instrumentos y superficies donde cocinemos siempre limpias. No solo al comenzar a preparar los alimentos, si no en cualquier momento en el que tanto nosotros como los instrumentos a utilizar, entren en contacto con otros objetos o superficies. Especial cuidado requiere la manipulación de alimentos crudos, verduras y la limpieza frecuente de los instrumentos y electrodomésticos utilizados para las preparaciones. También es importante evitar la presencia de insectos cerca de los alimentos y la cocina.
  • La separación: Los alimentos crudos y cocinados deben trabajarse en superficies y con instrumentos separados para evitar posibles contaminaciones. También deben almacenarse en recipientes separados.
  • La cocción: Especialmente la carne, pescado y huevos deben evitarse que queden crudos para eliminar los microorganismos que puedan estar presentes en ellos (se aconseja que el centro alcance los 75ºC). Las tortillas y cualquier preparación con huevo es importante que queden bien cuajados y el centro esté completamente cocinado. Si volvemos a calentar la comida una vez enfriada, también tendremos que asegurarnos que el calor ha llegado a toda la superficie para eliminar posibles microorganismos. 
  • El refrigerado: Debe evitarse que los alimentos se encuentren a temperatura ambiente y, aquellos que ya han sido previamente cocinados, no más de 2 horas, así que hemos de tener especial cuidado si nos llevamos recipientes con comida para consumir fuera de casa. Como norma general, los alimentos deben enfriarse lo antes posible y en el caso de la descongelación, que lo hagan lentamente, por eso se recomienda descongelar en nevera y nunca a temperatura ambiente. Si no tenemos tiempo, podemos usar el microondas. 

 

Siguiendo estas indicaciones, que también son aplicables a los negocios de hostelería, podrás disfrutar de tus platos preferidos este verano evitando sorpresas indeseadas tanto en casa como fuera.  

 

Fuente: FIHR

Autor

santasusana

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