Esperemos que nunca tengas que encontrarte con un animal en medio de la calzada y menos que sufras un accidente con alguno de ellos, pero en caso de producirse, ¿sabes si tu seguro cubrirá los daños?

Hasta la entrada en vigor de la reforma de la Ley de Tráfico de 2014, la responsabilidad recaía en los propietarios de los cotos de caza cercanos o de la Administración en caso de que la vía no estuviera en buenas condiciones o bien señalizada. Siendo, en estos casos, la aseguradora del coto o de la Administración quienes se hacían cargo de estos daños.

A partir de esta reforma, actualmente la responsabilidad recae sobre el conductor con solo dos excepciones que hacen referencia al atropello derivado de una acción de caza colectiva de especies de caza mayor (arruí, cabra montesa, ciervo, corzo, gamo, jabalí, lobo, muflón y rebeco) o en caso de que fuera provocado porque una valla de cerramiento no estuviera reparada dentro de plazo o que la presencia de animales sueltos no estuviera señalizada.

Este cambio en la ley hace que, en la mayoría de los casos, los conductores tengan que hacerse cargo de los daños provocados en su propio vehículo.

En caso de que nuestro vehículo esté a todo riesgo con franquicia, deberemos abonar la franquicia y la aseguradora se encargará del resto de daños, pero en el caso de los seguros a terceros, solo quedará cubierto en el caso de que tengamos contratada la cobertura denominada de daños cinegéticos. Estos daños incluyen los provocados por impacto, colisión u atropello de un animal cinegético (es decir, animales objeto de pesca y caza mayor o menor) y, en el caso de alguna compañía también de animales domésticos, de granja o de explotación ganadera.

En caso de sufrir un accidente de este tipo, primero asegúrate que todos los ocupantes del vehículo se encuentren bien y después haz que intervenga alguna autoridad policial que elabore un atestado del siniestro.

Si necesitas más información sobre las coberturas por daños cinegéticos, no dudes en consultarnos.